Los estados y las redes sociales: ¿debemos desconfiar de unos, de otros o de ambos?

Elentir EN Mar 27·8·2024 · 5:31 4

Tal vez sea por cosas de la edad, pero me doy cuenta de que empiezo a andar con pies de plomo a la hora de opinar sobre estos temas.

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El escándalo de la censura en Facebook por parte de gobiernos sin pasar por la Justicia

Si algo te enseña la experiencia es que el mundo es más complejo de lo que a veces pensamos y no todo es lo que parece. Digo esto a propósito del creciente debate sobre la libertad de expresión en las redes sociales, un debate alimentado por hechos como la detención del dueño de Telegram en Francia, acusado de no colaborar con las autoridades de ese país en la persecución de diversos delitos, o la carta de Mark Zuckerberg, dueño de Facebook, reconociendo presiones de la administración Biden para censurar su red sin pasar por la Justicia, algo que es una clara violación de la Primera Enmienda de la Constitución de EEUU.

La detención de Pavel Durov: ¿una decisión política de Macron?

Sobre el caso del dueño de Telegram, Pavel Durov, ayer el presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo que el arresto no era una medida política, y añadió: "Depende de los jueces decidir en este asunto". Sin embargo, la orden de arresto partió del Ministerio del Interior en el marco de una investigación de la Fiscalía, que como ocurre en el caso de España, está a las órdenes del gobierno.

¿Qué interés puede tener Macron sobre Telegram?

¿Qué buscaría Macron con esa detención? Es evidente: ejercer un mayor control sobre Telegram, con la excusa de perseguir delitos, pero con los ojos puestos en el control de conductas que son absolutamente legales. No recuerdo que Francia emprendiese acciones tan drásticas contra Twitter cuando esa red toleraba a los talibanes mientra censuraba a Trump, en un momento en el que Jack Dorsey parecía empeñado en expulsar a todos los conservadores de esa red social. Tampoco hubo ningún escándalo cuando en esa misma época, Twitter toleraba mensajes llamando a agredir y matar a miembros de Vox, un partido conservador que viene siendo víctima de una ola de acoso y agresiones por parte de la extrema izquierda.

Tengamos en cuenta que Macron lleva años amenazando gravemente los derechos fundamentales en Francia, así que no merece ninguna credibilidad cuando dice que defiende la libertad de expresión. Recordemos que en 2023, el presidente francés también señaló a Meta (Facebook) y a Google por no tener políticas de moderación muy estrictas, algo que suena a broma pesada viendo los reiterados ataques de esas compañías a la libertad de expresión, especialmente la de personas y organizaciones conservadoras.

Algunas cosas que debemos tener en cuenta sobre Telegram

¿Significa eso que Telegram es del todo inocente? No. De hecho, no creo que lo sea ninguna compañía de redes sociales. Ayer, el periodista opositor ruso Konstantin Sonin señaló algo en The Moscow Times que deberíamos tener en cuenta antes de adoptar una opinión muy apasionada sobre una persona como Pavel Durov:

"De hecho, nadie sabe qué comparte Telegram con qué gobiernos y en qué condiciones. No hay duda de que los servicios secretos y las agencias de inteligencia de Putin querían que Durov les cediera el control sobre Telegram, tal como hicieron con VKontakte. No está tan claro cuánto cedió realmente. Durante las protestas en Bashkortostán hace unos años, parecía que el FSB podía utilizar los datos de Telegram. Durante la guerra entre Rusia y Ucrania, un popular canal ucraniano que ayudaba a los soldados rusos a desertar fue censurado".

Sonin cree que Durov "hizo buen uso de las oportunidades que le brindó el régimen corrupto y militarista de Putin, pero también es víctima de ese mismo régimen. Es un caso complicado, no importa cómo se lo mire".

Las grandes empresas tecnológicas y su capacidad de influencia

Obviamente, como liberal desconfío de todos los estados, y creo que el poder político debe estar claramente limitado porque los gobernantes han demostrado históricamente su propensión a abusar de su poder, de un modo u otro. Esos abusos se dan también en los países democráticos y los ataques estatales a la libertad de expresión que estamos viendo últimamente son un claro ejemplo de ello.

Sin embargo, que debamos desconfiar de los estados no significa que debamos dirigir exclusivamente nuestra desconfianza contra ellos. Los liberales olvidamos demasiado a menudo que el abuso de poder no es un defecto exclusivo de los políticos: también ocurre entre las empresas, concretamente entre las de mayor tamaño, como es el caso de las grandes compañías tecnológicas, entre ellas las principales compañías de redes sociales: algunas de ellas tienen más poder que muchos estados, debido a su enorme capacidad de influencia en el debate público a escala internacional.

Hace tres años, en medio de otro debate sobre la censura que estaban aplicando algunas de esas compañías, señalé aquí que si esas empresas deciden invadir la esfera política, podrían adueñarse en la práctica de un país asfixiando el debate público y alterando una campaña electoral a su gusto, para beneficiar al partido o al candidato que más les favoreciese. Es lo que algunas de ellas hicieron claramente en 2020, como demuestra esa carta de Zuckerberg, a favor de Biden.

Lo que pasa cuando un estado y una gran empresa tecnológica se alían

A pesar de mis discrepancias con él, debo señalar que Donald Trump quiso poner freno a esas prácticas con la Sección 230 y con su "Orden ejecutiva sobre la prevención de la censura en línea", en la que se denunciaba lo siguiente:

"Una empresa estadounidense, por ejemplo, creó un motor de búsqueda para el Partido Comunista de China que habría incluido en la lista negra las búsquedas de "derechos humanos", ocultó datos desfavorables para el Partido Comunista de China y rastreó a los usuarios considerados apropiados para la vigilancia. También estableció asociaciones de investigación en China que brindan beneficios directos al ejército chino. Otras empresas han aceptado anuncios pagados por el gobierno chino que difunden información falsa sobre el encarcelamiento masivo de minorías religiosas en China, permitiendo así estos abusos de los derechos humanos".

Esto demuestra que una red social puede ser un peligroso aliado de un estado que quiera atacar derechos fundamentales, y algo así debería alertarnos sobre el riesgo de que esa red social llegue a decidir por su cuenta qué es lo que se puede opinar y lo que no a nivel global. Debemos tener en cuenta que la sed de poder es mucho más peligrosa que la codicia y no sólo se da entre los políticos. Me parece genial que haya empresarios que son activos defensores de la libertad de expresión, como Elon Musk, pero creo necesario tener una cierta desconfianza hacia todos aquellos que tienen demasiado poder en sus manos, ya sean políticos o empresarios. El poder corrompe aún más que el dinero.

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Foto: Camilo Jiménez.