Ya van 1.940 ataques rusos a centros médicos en Ucrania: ¿cuántos han protestado por ello?

Desde hace meses vengo denunciando la doble moral de ciertos políticos, medios y activistas occidentales, en su mayoría de izquierdas.

Rusia ataca un hospital infantil en Ucrania: ¿cuántas manifestaciones habrá contra esto?
El potente misil de crucero usado por Rusia para atacar un hospital infantil en Ucrania

Esa doble moral queda patente en un tratamiento muy distinto de dos guerras actualmente en curso: la provocada por Rusia con su invasión de Ucrania el 24 de febrero de 2022 y la provocada por Hamás con su ataque terrorista contra Israel el 7 de octubre de 2023.

Hamás culpó a Israel por un cohete lanzado por terroristas palestinos contra un hospital

Unas semanas después de este último ataque, se supo que Hamás utiliza los hospitales de Gaza como escondites para sus terroristas, tratando a sus pacientes como escudos humanos, lo cual es un crimen de guerra, además de convertir esos hospitales en objetivos militares legítimos. Israel utiliza ataques de precisión para intentar evitar daños a infraestructuras civiles, pero a pesar de ello, cualquier daño a un centro médico de Gaza es rápidamente amplificado por todos los políticos, medios de comunicación y activistas que son hostiles a Israel.

Es más: a mediados de octubre de 2023, un cohete lanzado por los terroristas de la Yihad Islámica cayó sobre un hospital de Gaza: Hamás culpó a Israel y muchos medios creyeron la mentira de Hamás, de la misma forma que vienen publicando las cifras falsas de muertos suministradas por Hamás sin ninguna clase de verificación.

Mentiras como ésas han servido para movilizar a activistas de extrema izquierda en muchos países, organizando protestas contra Israel que en muchos casos han degenerado en actos de acoso, hostilidad y violencia contra las comunidades judías, en una ola de antisemitismo en Occidente sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial.

1.940 ataques rusos contra centros médicos en Ucrania desde febrero de 2022

La cosa cambia radicalmente si hablamos de Ucrania. Este lunes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que Ucrania ha sufrido 1.940 ataques a centros médicos desde el comienzo de la invasión rusa. Se trata de ataques verificados por la OMS, que ha documentado 24 muertes entre personal sanitario y pacientes en 2023 y 34 en 2024, además de un promedio de 200 ambulancias dañadas o destruidas anualmente en ataques rusos.

Sobre los ataques a instalaciones médicas, la OMS señala que "una proporción significativa de ellos se han producido con armas pesadas". A su vez, el Ministerio de Salud de Ucrania ha señalado que desde el comienzo de la invasión, los ataques rusos han destruido 99 instalaciones médicas ucranianas, afectando a más de 200 instalaciones. Un ejemplo de esa falta de escrúpulos de los rusos al atacar instalaciones sanitarias la vimos el 8 de julio, con el ataque al Hospital Okhmatdyt de Kiev, el mayor centro médico infantil de Ucrania, que dejó decenas de muertos y provocó graves daños materiales.

El silencio de gran parte de la izquierda y de toda la extrema izquierda

A diferencia de lo que ocurre con los bulos sobre Gaza, gran parte de la izquierda occidental y toda la extrema izquierda enmudecieron ante ese ataque. Por poner un ejemplo, el socialista Pedro Sánchez no dijo nada sobre lo ocurrido, después de lanzar críticas constantes contra Israel basadas en los bulos difundidos por Hamás.

Hay que tener en cuenta que a diferencia de Hamás, que usa los hospitales de Gaza como escondites y a sus pacientes como escudos humanos (en lo que, repito, es un crimen de guerra según los Convenios de Ginebra de 1949), Ucrania no tiene posiciones ni instalaciones militares en sus hospitales. Los hospitales ucranianos son utilizados para atender a heridos y enfermos, no para esconder a militares. Por ello, el silencio de gran parte de la izquierda y de toda la extrema izquierda ante esos 1.940 es todavía más infame y evidencia hasta qué punto se han convertido en un meros títeres de Putin y de Hamás.

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Foto: Organización Mundial de la Salud.