Francia y el peligroso blanqueamiento de la ultraizquierda antisemita y antidemocrática

Elentir EN Lun 1·7·2024 · 8:17 3

Este domingo, Francia celebró elecciones legislativas, que concluyeron con una clara victoria de la Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen.

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El partido de Le Pen gana en 297 de las 577 circunscripciones

Como ha señalado el periodista Luis del Pino, la derechista RN ha ganado en 297 de las 577 circunscripciones, con 39 diputados que han obtenido más de un 50% de los votos y ya no tendrán que pasar por la segunda vuelta. La coalición izquierdista Nuevo Frente Popular (NFP) ha quedado segunda, ganando en 159 circunscripciones, con 32 diputados que han logrado más de un 50% de los votos.

La coalición de centro-izquierda Ensemble (Juntos), apoyada por Macron, ha quedado tercera, ganando en 70 circunscripciones y con sólo 2 diputados que superan el 50%. El partido centrista Les Républicains, socio del Partido Popular Europeo, ha quedado cuarto, ganando en sólo 20 circunscripciones y sólo en una por más del 50%.

Muchos medios exhiben su sesgo llamando «extrema derecha» a la RN

El tratamiento de estas elecciones en muchos medios es ya repetitivo, pero no por ello deja de ser menos criticable. Los titulares refiriéndose al RN como "extrema derecha" son numerosos, pero apenas se usa el término "extrema izquierda" para referirse al NFP, que incluye a comunistas y a la ultraizquierda antisemita de Mélenchon, cuyo partido, La Francia Insumisa, lleva años haciendo guiños al islamismo.

Una ola de antisemitismo alentada por el islamismo y la extrema izquierda

Ese tratamiento mediático pasa por alto una paradoja: Francia sufre una ola de antisemitismo sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial, pero a diferencia de lo ocurrido entonces, cuando ese odio a los judíos era promovido por la extrema derecha, esta vez son la extrema izquierda y el islamismo los causantes, movidos por su odio al Estado de Israel, que al final siempre se acaba dirigiendo contra la comunidad judía, aunque algunos insistan en afirmar que el antisionismo no es antisemitismo. Hace unos meses, el partido de Mélenchon se desmarcó de las marchas francesas contra el antisemitismo.

Es por ello que muchos judíos han optado por votar a la RN. Hace unos días, Marine Le Pen denunciaba: "La explosión de actos antisemitas, un 300% más que en los tres primeros meses de 2023, debe alertar a todos los franceses: la estigmatización de los judíos desde hace meses por la extrema izquierda a través de la instrumentalización del conflicto israelí-palestino es una amenaza real para paz civil". Observemos la paradoja: según muchos medios, un partido derechista que rechaza claramente el antisemitismo es "extrema derecha", en un mapa político en el que la derecha sin adjetivos parece no existir, pero una coalición izquierdista que incluye a partidos antisemitas no es calificada como "extrema".

La extrema izquierda y su discurso alentando la violencia

A la cuestión del antisemitismo podríamos añadir otro indicativo que claramente convierte a una opción política en extremista: la violencia. En su afán por atraer el voto islamista, el partido de Mélenchon se negó a calificar como "terrorista" el ataque de Hamás contra Israel y rechazó condenarlo. Además, desde hace meses ha estado alentando los disturbios en ciudades francesas, promovidos en muchos casos por la extrema izquierda y el islamismo.

Ayer mismo, la extrema izquierda convocó protestas y provocó disturbios contra el resultado electoral, exhibiendo una actitud claramente antidemocrática que, sin embargo, no merece el reproche de muchos medios que sí consideran "extremo" a un partido, la RN, que rechaza la violencia y que nunca ha convocado protestas contra el resultado de unas elecciones. Al final, se confirma una tendencia habitual en los medios: blanquear a la izquierda, haga lo que haga, y demonizar a la derecha, aunque exhiba un talante mucho más democrático, pacífico y tolerante que sus rivales.

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Foto: AFP. Jean-Luc Mélenchon, líder del partido antisemita de extrema izquiera La Francia Insumisa, en una manifestación contra Israel en Ginebra el 3 de febrero de 2024.